Pasar al contenido principal

Sabor Metálico en la Boca

Esta alteración del sentido del gusto es conocido con el nombre de “Disgeusia”. Este síntoma puede presentarse de manera aislada o estar acompañado de otros. También puede ser pasajero o convertirse en un problema crónico.
CAUSAS

Intoxicación y altos niveles de minerales: Puede que exista un exceso de hierro o cobre en el organismo y de ahí provenga el sabor a metal que se siente en la boca. Otra posible razón es por haber comido pescado en mal estado, es decir, una intoxicación alimenticia.

Agentes tóxicos: Desde el consumo de tabaco pasando por la posible inhalación de sustancias como el benceno, cobalto o barnices entre otros, son todos probables motivos por los que se puede sentir esta alteración.

Mala salud bucodental: Una higiene oral deficiente puede alterar el sentido del gusto a través de una gingivitis, periodontitis, sequedad bucal (xerostomía).

Medicamentos: Algunos fármacos poseen entre sus efectos secundarios el sabor metálico, que solemos apreciar varios días después de empezar a tomarlos. Nos referimos a una gran variedad de medicamentos, como pueden ser los antibióticos e incluso la clorhexidina.

Enfermedades sistémicas: Algunas enfermedades y los tratamientos derivados de ellas pueden traernos consigo sabor metálico en la boca como: diabetes, cáncer, insuficiencia renal, tumores, síndrome de Sjögren, hiperparatiroidismo (segregación excesiva de hormonas paratiroideas, reguladoras del calcio, magnesio y fósforo en la sangre y hueso).

¿CÓMO EVITARLO?

Cuidando la salud e higiene bucal: Una persona debe cepillarse los dientes durante al menos 2 minutos dos veces al día, limpiarse los dientes después de cada comida, usar hilo dental y enjuagarse la boca con un enjuague bucal, asegurándose de cepillarse el área de la lengua.

Mantenerse hidratado: Se debe beber mucha agua, masticar chicle sin azúcar, chupar caramelos sin azúcar e intentar no fumar para mantenerse hidratado y producir suficiente saliva.

Cuidar la forma en que se come: Se debe limitar la ingesta de metal, evitando tomar vitaminas que contengan metales y dejando de usar utensilios de cocina o utensilios metálicos, en su lugar usar plásticos. También se debe recordar comer bien para evitar el reflujo o la indigestión, manteniéndose alejado de comida chatarra y procesada, así como de alimentos fritos y picantes.